Desde sus comienzos el Partido Demócrata Cristiano manifestó su apego e inspiración social cristiana, pero señalando al mismo tiempo que “no pretende realizar una política clerical ni menos imponer la creencia religiosa como vestidura formal, exterior, meramente ritual del Estado"
El Partido Demócrata Cristiano planteó claramente su ideario, el cual se basaba en términos sociales y filosóficos en el social cristianismo. Siguiendo las ideas propugnadas por Jacques Maritain el cristianismo era comprendido más bien como una filosofía de vida que como un cuerpo teológico, vale decir, como una filosofía que se adapta a los cambios históricos, pero sin perder los valores culturales, cristianos y morales que deben primar entre los seres humanos.
Esto último se puede observar en el documento “Doctrina del PDC” emanado del IV Congreso Nacional del PDC realizado en 1992, donde declaran:
“Los principios del Humanismo Cristiano que inspiran nuestra acción política, no cambian su esencia. Pero, a medida que se modifican las circunstancias históricas, es necesario vincular adecuadamente los principios con los hechos, cuidando que la dimensión práctica o política sea congruente con los principios doctrinarios, deduciendo de ello orientaciones políticas ajustadas a la realidad histórica”.
Así mismo, en el documento de 1962 titulado “El A.B.C. de la Democracia Cristiana”, el partido expuso sus puntos ideológicos, señalando que: “(…) pretende instaurar un régimen político, económico y social, en el cual el hombre alcance la plenitud de sus derechos humanos y sociales. La Democracia Cristiana aspira a sustituir el sistema capitalista por otro carácter comunitario.
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